mar-2017
Resaca Cuentamontina
Resaca cuentamontina
Los gnomos del Cid, unos personajes creados para la Gala Cuentamontes en 2008 convertidos en un clásico.
Casi un millar de fotografías se deslizan lacónicas, como gotas memorables de un día inolvidable. Ya ha pasado un tiempo y puedo por fin sentarme delante de mi ordenador, nunca mejor dicho, a ordenar mis recuerdos y esas “chispas” electrónicas a las que la ausencia del celuloide no ha restado la esencia de lo imperecedero, plasmado en imágenes. En mi memoria quedan, rebotando cual banda sonora de aquella noche, las últimas palabras de Oscar Santos González, genial ideólogo de los inicios de nuestro excursionismo y también de la reciente historia eldense; unas palabras que yo mismo pronuncié en mi oratoria de despedida mencionando un sueño feliz que intentaba dejar en el ambiente de nuestro cálido Teatro Castelar la idea de un paralelismo, que asumo, pocos habrán entendido.
Siendo consciente de que bajo aquellos focos, entre altas bambalinas, reunimos a lo más sobresaliente de las artes, las letras y los deportes de montaña, extraordinarios hombres y mujeres que todos pudimos ver, lo que se trasluce entre reflejos y destellos de luz, son las oportunidades que semejantes sinergias allí presentes se ofrecen al espíritu inquieto y creativo que habita entre nuestras montañas y del que ambas poblaciones, en este Valle asentadas, han dado ya sobradas muestras. Ellas, las oportunidades, se manifiestan pausadamente, como pequeños pasos sobre la ladera de un ocho mil, necesariamente lentas para no asfixiar la propia capacidad reflexiva; tienen la mirada puesta en un sueño tan alto como la cima de una gran montaña y tratan de hincar crampones sobre una pendiente tan resbaladiza como el tiempo de la política que las acompaña.
Tal vez sea la ilusión que llega cuando el camino recorrido ha dado la confianza necesaria para creer que tal aspiración es posible, que no fue fácil llegar ante el último resalte que nos separa de la cumbre y de una nueva conquista colectiva, pues nunca el éxito es exclusivo sino del grupo y Cuentamontes ha logrado reunir a ese pelotón de “conquistadores de lo inútil” capaces de colocar los sueños delante de la realidad y enfrentarse a ella para poder gestionarla.
Y todo ello no es más que el puro reflejo del espíritu montañero, el mismo que supo crear una Ciudad Deportiva para los jóvenes, ante la pasividad administrativa de la época; el que creó un Parque de Montaña para las familias, ante la falta de solidaridad gubernativa, un espíritu que siempre ha tenido que luchar a espaldas de los gobernantes de turno para poder crecer como pueblo, para modelar una parte de la identidad de estas ciudades que muchos han olvidado que nacieron al pie de las montañas. Hoy la política y los políticos se muestran más cercanos y es el momento de ver cuánto han aprendido de una historia que en nada les favorece, a la hora de entender todo aquello que no sea fiesta y más fiesta. Es el momento de ponerse las pilas, trabajar y apostar por una seña de identidad cultural que es natural y muy nuestra, porque ha nacido aquí con el esfuerzo de nuestra gente… O vendrán otros que se llevarán también esta nueva iniciativa, como ya se llevaron aquella otra seña de identidad que un día fue la FICIA.
Culminaré mi ensoñación con el aplauso al conjunto de equipos de trabajo que han hecho posible esta novena edición, hombres y mujeres que han cumplido los objetivos de protocolo de bienvenida (C.E. de Petrer), realización técnica y artística (Cuentamontes y Alpino) y protocolo de asistencia a los numerosos invitados llegados desde toda España (C.E. Eldense), todos unidos bajo una idea común: demostrar la idiosincrasia hospitalaria de esta tierra y su cultura montañera por todos apreciada.
Juan Manuel Maestre
Presidente de Cuentamontes
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